En la antesala al mundo, donde el silencio confiscó todos los megáfonos, están los restos de la vida que teníamos antes de esta. Quiero olvidar y recordar infinitamente contigo. Que nos inunde el tiempo hasta que tenga que pedirnos permiso. Sé que de nuevo eres tú porque el mar te deja sus marcas sobre las venas y porque tus bolsillos filtran el plancton urbano, quita los humos y deja las luces. Porque te preguntas como yo por qué hay tantos trenes en la poesía, y si somos los maquinistas o los pasajeros, o de qué año es la película del oeste en la que nos atracan. Porque antes de acostarte escuchas a gente que habla del alma y por las mañanas no escuchas a nadie. Porque no sabes, pero en el fondo lo sabes, que podemos ser tú y yo, pero también puede que seamos hielo, dos medusas de aire o polvo de estrella en la totalidad inabarcable.
1 comentarios:
yo tengo un megáfono. aquí no hay antesalas, solo luz diamantina.
(estoy en londres. cuando vuelva, usted y yo quedaremos)
Publicar un comentario