Me quita la ropa que le molesta, me tapa los ojos con un sombrero de ala ancha, me apaga la luz, me obliga a bailar desnuda en la oscuridad, me silba frases que no entiendo, se oye un vaso contra el cristal de la mesa, la alfombra se enrosca por los huecos que dejamos en el suelo, y yo bailo y bailo y no veo nada, me saca del círculo y me sienta en una silla acantilado y hablamos de las cosas de la vida que la gente desprecia, me obliga a deshacerme los nudos de la garganta, me saca una moneda de la nuca sin romperme, me estira la piel sobre la yo que no sabe que existe, me mira de lado, me desnuda otro poco, me abre las puertas de la cabeza donde solo hay agua, me sopla con fuerza para que me dé frío, me vuelve relativa, saca a relucir mi parte más felina, me encuentra las cosquillas de la rabia y me pide que baile y baile dando tumbos por esta oscura habitación. Hay días que la música me trata como si yo tuviese toda la culpa.
1 comentarios:
Esto sí que es música.
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