La pintura de las paredes me está robando el oxígeno crudamente. Había algo que hacer que ya no recuerdo. No pega nada de lo que ocurre en este minuto extraño. Y sigue habiendo un vacío más allá. Más allá no hay nada. Si tú lo supieras no me mirarías como si esperaras criaturas ligeras saliendo de mis manos. Que no se maten los colores es algo secundario. Lo primero es que me veas como soy cuando no estás mirando.
1 comentarios:
El profundo divague de la soledad. Abrazos.
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