Quiero estar vacía

En el manicomio subterráneo más profundo, los locos me llaman por mi verdadero nombre. Podría moverme a oscuras por los pasillos de este antro y no tropezaría. Alguien me está mordiendo las entrañas, lo hace cada día, un rato por la mañana y otro por la tarde. El único trozo de cordura que queda aquí abajo cabe en este cuaderno de incongruencias. Qué pena de pájaros que no saben a dónde van. Que no saben que vienen aquí abajo.

2 comentarios:

fgiucich | 13 de enero de 2010, 12:00

Ese cuaderno es como la cordura subterránea. Abrazos.

Anónimo | 1 de febrero de 2010, 17:37

me siento igual a ti en este momento...

Publicar un comentario